Los nueve temas
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Como llevar a cabo una transición pacífica que permita una participación acertada e inteligente de las siguientes generaciones.
Usualmente en los foros sobre Empresas de Familia, o negocios familiares, se exalta a aquellas personas que fundaron o han sido parte determinante en la creación y éxito de una empresa. Aquellas personas que han trascendido y han estado a la cabeza no solo de un negocio, sino de una familia, de un clan.
De la misma forma como se analizan historias y casos de éxito, se propicia el intercambio de información y relato de historias no tan exitosas.
Casos no de éxito sino de fracaso que sirven de señal de alerta, de aprendizaje o de lección para tener en cuenta y corregir el rumbo.
Lo reseñado a continuación hace parte de experiencias derivadas de la consultoria a familias empresarias y la asistencia a diversos foros sobre tehttps://rodrigolozano.co/wp-admin/post.php?post=1804&action=edit&classic-editor=1#savemas relacionados.
Así como existen valores y virtudes que definen y caracterizan al empresario exitoso y al buen miembro de familia, existen defectos y valores negativos que señalan de manera clara el rumbo al fracaso. Los vivimos, los tenemos presentes, pero no los afrontamos, por temor, por pereza, o por la inexistencia de canales de comunicación, o espacios de dialogo apropiados que permitan tener conversaciones difíciles. Conversaciones difíciles pero encaminadas a un propósito sano y un objetivo loable, como es conjurar una situación, eliminar un riesgo y mejorar las posibilidades de éxito.
Tener autoridad es una cosa, saber ejercerla es otra bien distinta, pero sobre todo compleja. El Patriarca tradicional está investido de autoridad. Una autoridad dada por su condición de cabeza de un grupo familiar y como recompensa a por ser una persona exitosa, por haber llevado a buen puerto los negocios. Por ser un buen *“pater familias”.*
El Patriarca se ubica en el solio majestuoso de respeto y admiración porque los inspira genuinamente.
Mientras los hijos no han crecido ni se han formado, tanto académicamente como en criterio y carácter, todo lo que dice y hace el Patriarca es digno de admiración. Su autoridad le permite elegir a sus colaboradores cercanos y prescindir de aquellos que estorban, o no son útiles.
Un lider negativo prescinde de aquellos que cuestionan, critican y opinan de manera divergente con el jefe. Mientras los hijos llegan para opinar, o participar en el negocio familiar, al Patriarca hace lo que le place.
Llega el momento en que con o sin razón ciertas decisiones, la forma de hacer negocios o determinadas acciones son cuestionadas y revisadas por otros miembros de la familia, por los colaboradores y por los asesores que de tiempo en tiempo circundan a la familia empresaria.
Surge un punto de quiebre. Ejercer una autoridad con inteligencia, y reconocer que es necesario involucrar a más personas en los diversos procesos de toma de decisión y gerencia de la empresa, o ejercer una autoridad a lo “Aquí mando yo”.
Como dar paso a la llegada de opiniones de los demás? Como afrontar ese difícil momento donde todo lo que se hacia de manera unitaria y por designio de una persona, ya sea por su carácter, conocimiento o simplemente por su parecer, entra a ser cuestionado, validado o simplemente rechazado por otras personas.
Toda sucesión en la dirección debe estar precedida de un plan y de un periodo de de transición. Sin esto, el terreno está más que abonado a la improvisación y el camino será el fracaso.
Quien por años ha decidido dirigir al estilo “Aquí mando yo!” muy seguramente lo ha hecho porque así lo ha venido haciendo desde el principio, y porque las circunstancia se lo han permitido. También lo ha hecho porque es una de las formas más eficientes y satisfactorias de ejercer el poder para muchas personas. Sin validar este tipo de conductas, ni afirmar que sean positivas, el poder y la autoridad engrandecen a la persona. El respeto y el temor hacia el jefe máximo brindan amplios márgenes de maniobra. Ninguna decisión es cuestionada, se aplauden los éxitos y se guarda prudente silencia ante el fracaso.
Ser un lider único permite no tener que rendir cuentas ni dar explicaciones a nadie. Permite escuchar de manera selectiva los consejos, mientras se pontifica sobre los éxitos propios.
No se trata de bajar a la fuerza al Patriarca de su solio o quitarle abruptamente su bastón de mando. Se trata de analizar de manera muy detallada, y ojalá con el apoyo de asesores externos la situación, los antecedentes y las condiciones para diseñar, implementar y ejecutar un plan de sucesión basado en las verdaderas posibilidades de llevarlo a cabo sin riesgo para la estabilidad el negocio y de la familia.
El proceso inicial con un diálogo a nivel familiar en el cual los hijos o sucesores deben transmitir un mensaje claro al Patriarca sobre su deseo de hacer parte de los órganos de dirección y decisión del negocio familiar. Si la iniciativa es tomada por el Patriarca, la señal es positiva. Si ante la iniciativa de los hijos el Patriarca genera resistencia la señal es negativa, pero se debe persistir.
Se insiste en que se trata de un plan, de un proyecto que puede tomar incluso años, por lo cual se debe actuar con base en un plan muy bien estructurado y de manera muy inteligente. No se trata de desbancar a alguien, se trata de generar las condiciones para una sucesión organizada sin riesgos para la familia y el negocio.
No todas las familias cuentan al interior de sus miembros con personas hábiles y competentes para llevar las riendas del negocio. Por su complejidad o por un sin número de razones, la permanencia del Patriarca en la dirección obedece simplemente a que no existen personas con suficiente capacidad y experiencia para hacerlo.
Habiendo identificado lo anterior, ya sea si existen o no las personas para hacerlo, es recomendable conformar un primer comité asesor de transición, o que por lo menos acompañe a la familia durante un par de años en conocer de cerca las intimidades entorno a la dirección y administración del negocio.
A este comité asesor, deben asistir los miembros de la familia y es el foro adecuado para iniciar las discusiones sobre temas estratégicos y de vital importancia como :
Recordemos que por su naturaleza las familias llevan consigo un pesado equipaje de vivencias y recuerdos que en diversas ocasiones impide que ciertas conversaciones fluyan de manera adecuada.
La presencia de externos en los foros de planeación y discusión permiten matizar las conversaciones y darles una orientación objetiva y orientada a soluciones.
Ningún ejercicio de este tipo puede ser llevado a cabo sin disciplina y rigor, pero sobre todo sin el liderazgo firme y decidido de algún miembro de la familia que tenga no solo la capacidad de convocatoria suficiente, sino la paciencia y perseverancia para darle continuidad al proceso. Una persona que no se rinda ante el primer obstáculo, alguien que logre generar consenso entorno a las personas externas que habrán de acompañar a la familia en el proceso, alguien que pueda, con la ayuda de otras personas diseñar, ejecutar e implementar un plan.
Parte del rigor y de la disciplina que se requieren en el marco de un proceso de este tipo, consiste en la capacidad de dejar un registro escrito y cronológico de todo lo discutido y aprobado, de los avances y las dificultades, de los compromisos y de las acciones.
Juntar el material necesario para construir posteriormente los acuerdos, documentos y protocolos que permitan generar cohesión y exigibilidad frente a lo acordado.
Gran parte de las guerras y conflictos de la humanidad surgen con ocasión de dificultes en la comunicación y por falta de información. Este tipo de procesos surgen, en gran medida ante la ausencia de información previa que hubiera permitido llevar las cosas de manera diferente, o evitar tener que pasar por la etapa de transición.
La existencia de reglas claras y pre establecidas, de un protocolo de actuación y ejecución ante un evento cierto como la necesidad de llevar a cabo un proceso de sucesión en la administración y dirección en el mando facilitan mucho las cosas, pero tenga en cuenta que esto no se hace, se construye a través de un proceso.
No descarte, a medida que avanza el proceso, diseñar una especie de relatoría del proceso, un repositorio de información, un sistema para mantener a todo el mundo en la misma página y con la misma información. Para esto existen ayudas de tipo tecnológico como plataformas de colaboración vía web.
No todo el mundo tiene la misma capacidad y disposición para iniciar y hacer parte de un proceso como estos. Muy seguramente usted contará con el entusiasta, pero también con el saboteador, o el indiferente. Poner a un grupo de personas a pensar sobre este tipo de temas, en diferentes momentos de sus propias vidas, cuando sus metas y objetivos son muy seguramente divergentes y sus intereses naveguen por aguas diferentes, no es tarea fácil.
Busquen siempre un punto de partida común, algo que motive al grupo a iniciar el viaje. Señale el camino pero visualice el resultado, esto puede animar a su grupo.
Tenga en cuenta las capacidades y fortalezas del equipo, pero también sea consciente de sus debilidades y limitaciones. Haga sentir a todo el mundo útil, de acuerdo con lo que pueda aportar al proceso. Si alguien no quiere participar, dele la opción de no hacerlo, pero deje la puerta abierta y manténgalo informado (a través de la plataforma de información) con el fin de que si se siente motivado, pueda participar con energía renovada en el proceso.
Finalmente, todo lo que ocurra en medio de este proceso y la manera como esto habrá de concretarse e implementarse, debe quedar por escrito y ojalá conformar un ambicioso plan para ejecutar en varios años. Un documento con fuerza vinculante, que genere cohesión pero sobre todo sentido de pertenecía y ánimo de avanzar en el complejo pero fascinante mundo de la familia empresaria.
Es importante definir una estretegia seria, coherente y eficiente de filantropía, de la familia para la sociedad.
Lo que la familia ha recibido proviene de su esfuerzo, de su trabajo y de su convicción por mantener y perpetuar un patrimonio hacia futuras generaciones.
Pero todo lo que se recibe viene de algún lado. Los alimentos, sin bien son sembrados, cosechados, empacados, comercializados y pagamos por ellos, son en últimas un regalo de la tierra.
Creamos o no en un ser supremo, profesemos o no una religión, seamos practicantes o no de algún rito o de tradiciones, parte de lo que recibimos debemos darlo de vuelta, debemos agradecer a la fuente de esos recursos y sembrar para poder seguir cosechando.
La filantropía es un mecanismo eficiente para darle de regreso a la sociedad lo que recibimos de ella.
Desde una perspectiva facilista es sencillo afirmar que con el simple hecho de vivir en medio de una sociedad caótica y desorganizada, donde el futuro es de por si ya muy incierto y confuso, sumado al hecho de pagar injustos tributos al ingreso y la propiedad, ya estamos dando suficiente de regreso y no es necesario dar más, nada más alejando de la realidad.
Precisamente, todo lo que demos es poco para poder contribuir al avance del planeta, en su carrera por la preservación y la apertura de más plazas para las generaciones venideras, si es que no lo destruimos antes.
Una familia empresaria es mucho lo que puede aportar en términos de recursos y de conocimientos para que su ejemplo sea replicado en varias esferas en pro del crecimiento y del desarrollo.
Pero dar eficientemente no es simplemente brindar el pescado, sino enseñarlo a pescar. Dar por dar, la caridad con lástima y la donación sin propósito son asimilables a botar la plata por la caneca.
La filantropía familiar debe ser asumida como un área adicional, de igual o incluso más importancia que muchas de las áreas de tipo corporativo y organizacional de una empresa familiar.
La riqueza y el patrimonio que se acumula en cabeza de la empresa y de sus dueños debe servir para apalancar el crecimiento del negocio, para darle recursos a sus propietarios, pero tambien para ser reinvertida en la sociedad, a través de proyectos serios, bien concebidos y eficientes.
El arte de dar
Dar puede ser sinónimo de generosidad, pero una cosa es cierta dar requiere sabiduría por todo lo que dar significa.
Dar implica en primera medida ser generoso. Aceptar que algo que normalmente sería para mí, terminará en manos de otro. Pero es precisamente ahí donde dar se convierte en un arte, pues el vital que lo que yo entregue termine en las manos correctas y que sirva para un fin y propósitos claros y contundentes.
Dar por dar, insisto es botar a la caneca. Dar bien, es sembrar para recoger.
Políticas claras a la hora de dar
Las empresas pueden donar y obtener estímulos tributarios por hacerlo. Es un beneficio, pero si se mira exclusivamente desde ese punto de vista, no existe propósito. Estamos dando a cambio de algo.
La filantropía debe ser vista como un proyecto con una finalidad y motivación que nacen de la entraña de la familia, de su ser, de su esencia. Si la familia lo ha venido haciendo desde décadas atrás y ha sido generosa dando, donando y contribuyendo con sentido social y propósito de impacto, lo ha hecho bien.
Pero recordemos que toda familia evoluciona, por lo tanto puede hacerlo mejor y convertirlo en una imagen fija, el latemotiv de esa obra en constante evolución que es el relato familiar.
Algo que trascendará más allá del éxito de la familia y de la empresa, algo que generará un impacto incalculable gracias a lo solido de su estructura, y a lo poderoso de su escencia.
Se conoce al fundador de un clan familiar o de un grupo empresarial familiar como el Patriarca. Una figura respetada y venerada que tuvo la osadía de romper algún paradigma, lanzarse al agua y hacer empresa, o que simplemente tuvo las agallas de hacerlo. En muchos casos el Patriarca ha heredado la fortuna, pero tiene el mérito de haberla mantenido y haberla hecho crecer. El negocio del Patriarca, para ser recordado y haber dado de que hablar, es exitoso, ha conseguido un lugar respetado en el entorno y ha brindado riqueza y bienestar a sus empleados y a su familia.
Como buen Patriarca, y hombre de familia, junto con su esposa ha logrado consolidar un núcleo familiar sólido y unido, compuesto de varios hermanos que posteriormente se casan y se encargan de aumentar el tamaño de la familia extendida.
No toda familia es perfecta y habrán pequeños lunares, problemas y sobresaltos en el camino, pero nada insuperable que el amor, la unión familiar y el hecho de ser una familia acomodada no puedan solucionar. Cuando esto ocurre el Patriarca saca a relucir su capacidad y habilidad para afrontar la situación y darle una solución. La humildad también debe salir para solicitar apoyo y el trabajo en equipo, sabiendo rodar bien, es fundamental.
Además de riqueza, bienestar y beneficios a sus hijos y familias, la fortuna familiar ha alcanzado para darle buena educación a los hijos. Educación de calidad en universidades nacionales y del exterior. La fortuna crece a la par que se consolida un interesante patrimonio intelectual que será crucial para afrontar los retos del futuro.
El Patriarca es generoso y bondadoso, pero tiene un carácter fuerte. El rigor y la disciplina, también algo de suerte y habilidad son los secretos del éxito con el cual ha construido su negocio y conformado su familia.
Sin embargo a pesar de las solidas bases de su castillo, las estructuras pueden colapsar; son fuertes, pero frágiles en algunos momentos. Son propensas a constantes ataques, amenazas y peligros.
El Patriarca duerme poco, debe siempre tener un ojo abierto para velar por su negocio y por su familia, mantenerlos alejados de las amenazas del entorno.
No hay una sola tipología de patriarca, pero si rasgos comunes. También hay tipos de patriarca. El más exitoso de ellos es que que tiene la humildad para reconocer sus errores, la habilidad para corregir el rumbo y reinventarse y la grandeza para planear al futuro.
Se conoce al fundador de un clan familiar o de un grupo empresarial familiar como el Patriarca. Una figura respetada y venerada que tuvo la osadía de romper algún paradigma, lanzarse al agua y hacer empresa, o que simplemente tuvo las agallas de hacerlo. En muchos casos el Patriarca ha heredado la fortuna, pero tiene el mérito de haberla mantenido y haberla hecho crecer. El negocio del Patriarca, para ser recordado y haber dado de que hablar, es exitoso, ha conseguido un lugar respetado en el entorno y ha brindado riqueza y bienestar a sus empleados y a su familia.
Como buen Patriarca, y hombre de familia, junto con su esposa ha logrado consolidar un núcleo familiar sólido y unido, compuesto de varios hermanos que posteriormente se casan y se encargan de aumentar el tamaño de la familia extendida.
No toda familia es perfecta y habrán pequeños lunares, problemas y sobresaltos en el camino, pero nada insuperable que el amor, la unión familiar y el hecho de ser una familia acomodada no puedan solucionar. Cuando esto ocurre el Patriarca saca a relucir su capacidad y habilidad para afrontar la situación y darle una solución. La humildad también debe salir para solicitar apoyo y el trabajo en equipo, sabiendo rodar bien, es fundamental.
Además de riqueza, bienestar y beneficios a sus hijos y familias, la fortuna familiar ha alcanzado para darle buena educación a los hijos. Educación de calidad en universidades nacionales y del exterior. La fortuna crece a la par que se consolida un interesante patrimonio intelectual que será crucial para afrontar los retos del futuro.
El Patriarca es generoso y bondadoso, pero tiene un carácter fuerte. El rigor y la disciplina, también algo de suerte y habilidad son los secretos del éxito con el cual ha construido su negocio y conformado su familia.
Sin embargo a pesar de las solidas bases de su castillo, las estructuras pueden colapsar; son fuertes, pero frágiles en algunos momentos. Son propensas a constantes ataques, amenazas y peligros.
El Patriarca duerme poco, debe siempre tener un ojo abierto para velar por su negocio y por su familia, mantenerlos alejados de las amenazas del entorno.
No hay una sola tipología de patriarca, pero si rasgos comunes. También hay tipos de patriarca. El más exitoso de ellos es que que tiene la humildad para reconocer sus errores, la habilidad para corregir el rumbo y reinventarse y la grandeza para planear al futuro.
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