Acerca de Rodrigo Lozano
Consultor en planeación patrimonial familiar
Consultor en planeación patrimonial familiar
Mi hoja de vida
Abogado y consultor. Amplia experiencia en estructuras de propiedad, derecho societario, gobierno corporativo, tributario y sucesiones. Consultor de amplia y reconocida trayectoria en planeación patrimonial familiar y estrategias de continuidad para Familias Empresarias.
Dirijo una práctica profesional especializada y enfocada en la atención personalizada de asuntos sensibles y complejos. Abogado de la Universidad de los Andes (97), con especialización en Legislación Financiera de la misma universidad (02). Por varios años, profesor universitario (Uniandes y CESA) y director (e) de la Especialización en Derecho Comercial de mi alma mater (96-97).
Inicio mi carrera profesional en dos de las más prestigiosas firmas de abogados de Bogotá. En 2002 fundo Lozano Vila & Asociados. Más de dos décadas de experiencia en la atención de los más diversos asuntos del derecho privado, las sucesiones y la consultoría especializada a Familias Empresarias.
He asesorado individuos y empresas en transacciones comerciales, estructuración de vehículos societarios y de inversión, transacciones inmobiliarias y sucesiones. He acompañado de manera exitosa los procesos de ingreso al país de capitales extranjeros para inversión en proyectos, así como procesos de reorganización empresarial, insolvencia y liquidación de empresas.
En consultoría, asesoro y acompaño a grupos familiares en Colombia y la región en procesos complejos bajo metodologías propias de gran eficiencia e impacto. Conecto con los grupos familiares en todas sus generaciones y áreas de responsabilidad para llevar a cabo un análisis profundo que permite formular un diagnóstico y sugerir una estrategia sólida de continuidad.
Desarrollo estrategias de gestión y administración de mi práctica profesional de la mano de un equipo diverso y motivado, con el apoyo de las teorías de organización y eficiencia, y el uso de tecnología, consolidando así una práctica exitosa y reconocida.
He participado en la resolución de complejos conflictos entre hermanos, padres e hijos, y grupos familiares en general. Acompaño los procesos de construcción y negociación de acuerdos, definición de estrategias de continuidad y tránsito generacional.
Asesoro con tacto y eficiencia procesos de diseño y creación de estructuras de gestión y administración de patrimonios y asuntos familiares (Family Offices). Estructuro talleres de formación en una amplia variedad de temas y dicto conferencias inspiradoras que permiten dar sentido y propósito a los ejercicios de planeación y proyección de un futuro esperanzador.
Autor de Los Robles, retrato de una familia, la primera novela formativa en el área de Familias Empresarias (23). Los Robles es una mirada profunda y transversal de las diversas y complejas dinámicas de las familias empresarias, en un relato que abarca 120 años y cinco generaciones. La obra ha recibido una especial acogida y aceptación entre los conocedores y apasionados por la materia. [Ver más sobre Los Robles]
Fluido en español, francés e inglés.
Subteniente de la reserva del Ejército Nacional de Colombia. Medalla al Mérito Militar Juan Bautista Solarte Obando (91). Segundo puesto en el Concurso Europeo de Derechos Humanos de la Universidad de Estrasburgo (Tribunal Simulado de la CEDH), premio al mejor orador (97).
Tercer Secretario de la Embajada de Colombia en Washington (94-95).
Liquidador inscrito de la Superintendencia de Sociedades, con activa participación en las liquidaciones de Aerolíneas Centrales de Colombia (ACES) (03-05) y Refinare S.A. (06).
Resido en Bogotá con mi esposa, Gloria Cristina, y mis cuatro hijos.
Corredor, ciclista y nadador en evolución. Interesado en el arte, amante de los autos clásicos, las motos y la lectura.
Mi hoja de vida contada…
Nací en Bogotá, en el barrio La Magdalena, un rincón icónico de los primeros barrios de la expansión del centro hacia el norte de la ciudad. En ese barrio se crió mi padre, y veíamos pasar el Trolley Bus con mis hermanos cuando esperábamos el bus del Colegio Alemán.
Nací en el 71 y, a los 12 años, me llevaron a vivir a Bélgica y Alemania, donde tuve muchas experiencias y, además de aprender francés, descubrí una nueva forma de ver el mundo.
En el 75 nació mi hermana Alicia. Mi papá nos dijo que, si era niño, nos llevaría a la finca y, si era niña, nos llevaría a Disney. Siempre estaré agradecido con Alicia, pues conocí Disney a los 4 años junto con mi hermano Alberto, en nuestro primer viaje de “hombres solos”.
Me crié con profesores alemanes furiosos pero rigurosos en el Andino y con Jesuitas en el Saint Michel de Bruselas. Me gradué del colegio en el 90, con la tusa y desconsuelo del crimen de Galán. Presté servicio militar en mi glorioso Ejército Nacional. Entré a la universidad en pleno proceso constituyente y época de las bombas. Me ennovié con Gloria Cristina, mi esposa y madre de mis cuatro hijos.
Estudié derecho, viajé a Washington y Estrasburgo, aprendí muchas cosas y me enamoré de mi profesión. Hice consultorio jurídico y judicatura en la Corte Constitucional. Coordiné, de la mano del profesor Francisco Reyes, una especialización en Derecho Comercial. Trabajé en dos firmas gigantes y, en 2002, cuando nació Sofía, mi primera hija, me dije: “Mejor cabeza de ratón que cola de león”. Así fundé Lozano Vila & Asociados, 23 años de trabajo y experiencias muy enriquecedoras.
En 2007 recibí “la alternativa” (como los toreros): un grupo familiar vendió su negocio, inició un nuevo ciclo de vida y me pidió ayuda. Aprendí de la mano de ellos y me enamoré de las Familias Empresarias; es lo mío.
En 2009 ingresé a urgencias con cálculos… algo no salió bien y terminé con pancreatitis. Supe que estaba muy mal el día que mi hermano se despidió de mí con un beso en la frente. No me morí, pero qué susto.
Tuve el privilegio de dictar clases de derecho comercial en la Universidad de los Andes, mi alma máter, y en el Colegio de Estudios Superiores de Administración (CESA) de Bogotá.
Desde el primer día que fundé mi oficina, decidí numerar a mis clientes de manera consecutiva. Terminé el 2024 superando los 600. Seiscientas historias maravillosas, cosas grandes y pequeñas, duras y no tan duras. Contactos, experiencias y mucho aprendizaje. Un mosaico de recuerdos y vivencias que estoy en proceso de pintar. Muchas horas de vuelo en la bitácora.
¿De dónde vengo?
Mi abuelo Fabio repetía apellido: Lozano y Lozano. Un par de apellidos que han sonado mucho en la historia de Colombia y dejaron en mi familia un gran legado. Mi tío Juan, poeta; mi tío Carlos, político; mi tío Fabio, que murió muy joven, fue poeta, escritor y político. Dos tías amorosas: Beatriz, la mayor, y Estercita, la adoración de mi papá. De mi abuela Helena Simonelli poco sé, pero me dejó la nacionalidad italiana, un legado inmaterial invaluable.
Mi mamá tuvo ocho hermanos y una casa mágica en el Tolima, un pedazo del paraíso sobre la tierra, al que aún vamos con muchos primos e hijos de mis primos. No conocí a mi abuelo paterno, que murió un día sin proponérselo, a los 49 años, de un infarto fulminante. Dejó muchas cosas sembradas, que aún tenemos la fortuna de recoger. Entre ellas, historias y un apellido que muchos escriben con doble “ele”, pero es con una sola.
Mi abuelo fue aviador, y por algún gen me llegó una pasión alborotada por ese mundo que me fascina. Mi abuela Alicia vivió hasta los 97 años. Fue una matriarca en el gran sentido del término. Cada uno de sus 18 nietos era su favorito.
Entre 2002 y 2010 mi vida cobró sentido con el nacimiento de Sofía, Santiago, Helena y Luis, cuatro grandes personas que tienen lo mejor de Gloria Cristina y mío. Los hemos educado con cariño, paciencia y mucho amor. Me hacen reír y llorar, me dan angustias y satisfacciones, hacen que me acueste tarde y me levante temprano; son el motor de mi vida.
En 2023 nació mi primer libro, una aventura de cinco años de ires y venires entre la investigación, aprender a escribir, escribir y tachar, dejarme guiar, conversar mucho, escribir mucho y perder el miedo a salir al ruedo.
Ya cumplí un cuarto de siglo con mi esposa, y todos los días doy gracias por tenerla, y a ella por aguantarme. Además de Alberto y Alicia, mis hermanos del alma, la vida me dio dos hermanastras, Catalina y Cristina, las hijas de la segunda esposa de mi papá, quien lo acompañó hasta que se apagó en 2015, luego de que un cáncer marcara el inicio de una lenta agonía.
Tengo la mamá más maravillosa del mundo. Tiene 80 años bien vividos, llenos de locuras y experiencias, una energía que contagia y un amor inmensurable por su familia, pero sobre todo por sus nietos. Pienso, en mis adentros, que son el premio que Dios les da a los abuelos por no matar a los hijos.
Vivo envuelto en los recuerdos de un pasado muy feliz. Evoco a menudo ese pasado y me dejo llevar por la nostalgia de tiempos mejores, pero veo un futuro promisorio en el que debemos seguir trabajando, sembrando y cosechando.
Esto y más pueden saber de mí. Gracias por leer.